004 Maternidades Lésbicas Visibles: La familia de Lid Guerra 

Por Ana de Alejandro 

Desde Monterrey, Nuevo León Lidia Guerra de 24 años de edad nos relata su historia, aunque recientemente ella mudó su residencia a Guadalajara, Jalisco, donde realiza activismo para la visibilidad lésbica a través del grupo Colash. Hace pocos meses tuvo a su hijo Miguel, y como quería que él naciera en el mismo lugar de origen que ella, decidió volver a la Sultana del Norte, donde en este momento se está quedando en casa de su mamá y su papá. “Decidí volver a estar un tiempo en familia, después de años lejos,” nos dice esta regia orgullosa de su reciente maternidad.  

Lidia es lesbiana, ella es madre porque así lo decidió. Uno de sus sueños, según ella misma lo comenta, “era tener mi propia familia”. Para concretar su sueño, Lid utilizó a un donante conocido, y resolvió emprender la maternidad sin necesidad de una pareja. La suya es una familia lesbomaternal y ella ejerce una maternidad lésbica visible. 

Pronto piensa regresar a Guadalajara a seguir con su activismo y emprender un negocio, “pienso volver, con los ahorros que ya tengo, abrir un negocio de comida que me permita trabajar y estar con mi hijo”. También menciona su interés en estudiar una licenciatura en derecho o comunicaciones. En cuanto al activismo que ella realiza dentro de la comunidad LGBTTTI de Guadalajara, Lid Guerra nos comparte que trabaja con Colash, un colectivo un colectivo que impulsa el deporte y ayuda a personas de escasos recursos mediante la realización de eventos durante todo el año. 

Para Lid, la maternidad aún es algo reciente, “Miguel tiene 6 meses, soy una madre que estoy aprendiendo junto con mi hijo”. Esta etapa que recién descubre y explora le está permitiendo conocer cosas nuevas con respecto a sí misma y a su hijo. En cuanto al tipo de crianza que ella ejerce, nos comparte que, “practicamos colecho1, porteo2 y disfrutamos el estar juntos”. 

Como madre Lid enfrenta el reto constante de “demostrar que mi hijo no ocupa una figura paterna, tiene una mamá y ya” y que eso es todo lo que Miguel necesita, su familia está completa tal cual es. A pesar de este reto, ella confirma que no cambiaría nada en su vida y que es muy feliz con lo que tiene ahora, “me gusta dormir al lado de mi hijo, despertar con él, verlo crecer, me gusta y amo estar a su lado.” 

Hasta el momento, Lid no ha tenido la necesidad de hacer ningún trámite legal, ya sea ante Registro Civil o cualquier instancia pública en la que conste una pareja del mismo sexo. Puesto que legalmente es lo que se conoce como “madre soltera,” únicamente constan sus apellidos en el acta de su hijo. Por un lado, esto significa que se le facilitan muchos trámites que se complican para las parejas de lesbianas; pero, por otra parte, conlleva a que la gente asuma que es heterosexual, ya que pareciera que para ser lesbiana “de hecho” hay que tener una pareja. 

El régimen de heterosexualidad obligatoria que se vive en México y asume que sólo las mujeres heterosexuales y en pareja tienen hijxs es el que ocasionó lo que ahora Lid recuerda como un acto de discriminación: “en alguna ocasión, con mi ginecólogo, no entendía que una lesbiana estuviera embarazada y me decia ‘al nacer tu bebé vas a ser más mujer’”, lo cual la dejó profundamente sorprendida. Es por este tipo de situaciones que ella considera importante la visibilidad lésbica y el participar haciendo activismo. 

Lid platica que ella legó a la Red de Madres Lesbianas en México “por invitación de Ana de Alejandro al contarle de mi embarazo,” y sonríe al recordar aquel momento. “La red me ha dado la oportunidad de conocer a más familias lesbomaternales, aprender y retroalimentarme en temas de crianza.” Es por eso que esta compañera de la RDMLM recomienda ampliamente la red. 

Por último, Lid recomienda a otras madres lesbianas y a aquellas que apenas están en planes de comenzar este camino que “disfruten su maternidad y defiéndanla ante el mundo. Su familia, nuestras familias existen.”